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PEAS - protección contra la explotación y abuso sexuales por personal propio
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Presentación

En esta página, puede estudiar el tema de la protección de la explotación y el abuso sexuales (PEAS) por parte de su propio personal, las definiciones, el contexto, los desafíos y el problema de las denuncias insuficientes.

Presentación

Definiciones

«La expresión 'explotación sexual' se refiere a todo abuso cometido o amenaza de abuso en una situación de vulnerabilidad, de relación de fuerza desigual o de confianza, con propósitos sexuales, a los efectos, aunque sin estar exclusivamente limitado a ellos, de aprovecharse material, social o políticamente de la explotación sexual de otra persona». (El Boletín del Secretario General de Naciones Unidas en materia de protección contra la explotación y el abuso sexuales (PEAS) (ST/SGB/2003/13))

«La expresión 'abuso sexual' se refiere a toda intrusión física cometida o amenaza de intrusión física de carácter sexual, ya sea por la fuerza, en condiciones de desigualdad o con coacción». (El Boletín del Secretario General de Naciones Unidas en materia de protección contra la explotación y el abuso sexuales (PEAS) (ST/SGB/2003/13))

EAS y la violencia de género

"La violencia de género es todo acto de violencia contra la mujer que resulta, o puede resultar, en daño físico, sexual o psicológico, o sufrimiento, incluyendo amenazas de esos actos, coacción o privación arbitraria de la libertad, ya sea en la vida pública o privada".

Declaración sobre la eliminación de la violencia contra de la mujer, Artículo 1 (1998)

La violencia de género (VG) es un término general que abarca todo acto que cause daño perpetrado contra la voluntad de una persona y que está basado en diferencias de carácter social (género) entre hombres y mujeres. Es una forma de discriminación que entorpece seriamente la habilidad de las mujeres y de las niñas de gozar de los derechos y de las libertades sobre una base de igualdad con los hombres y los niños, e inhibe o anula el goce de las mujeres y las niñas de los derechos humanos y libertades fundamentales según la ley internacional, incluyendo las convenciones de derechos humanos, tales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación en contra de la mujer (CEDAW).

En el mundo, la VG afecta de manera desproporcionada a las mujeres y niñas por su estatus de subordinación frente a los hombres y niños. En este sentido, el término se utiliza generalmente para destacar la especial vulnerabilidad de las mujeres y de las niñas con respecto a la violencia debido a la desigualdad de género. De todos modos, los hombres y los niños también son víctimas de la VG. La explotación y el abuso sexuales son formas de violencia de género.

El desafío

La explotación y el abuso sexuales representan un dramático fracaso de la protección, ya que daña a los que la ONU y sus socios tienen el mandato de proteger, y pone en peligro la reputación de estas organizaciones. También viola las normas y estándares legales internacionales universalmente reconocidos. Si bien la explotación y el abuso sexuales no son un fenómeno nuevo, han pasado a estar en primer plano en 2002 después de las denuncias de explotación y abuso sexuales generalizados contra las mujeres y niños refugiados y desplazados internamente, por parte de los trabajadores humanitarios y los encargados del mantenimiento de la paz en África occidental. Estas denuncias graves y probadas mostraron tanto la vulnerabilidad de esos grupos, como los defectos de los mecanismos existentes para evitar que ocurran dichos abusos.

El bajo índice de las denuncias de EAS

El bajo índice de denuncias de EAS presenta un problema para la comunidad internacional. Un informe de 2008 de 2008 Save the Children UK report publicado en el Reino Unido, concluyó que la explotación y el abuso sexuales padecen de una escasez de denuncias crónica. Varios factores explican este bajo índice de denuncias en relación a la explotación y al abuso sexuales:

  • El intercambio de sexo por alimentos u otras formas de mantenimiento ha pasado a ser una táctica de supervivencia para los grupos más vulnerables. Por ello, las personas no contarán o denunciarán los abusos por miedo a perder la tan necesaria asistencia material.
  • El bajo índice de denuncias se relaciona también con el miedo a la estigmatización. Las víctimas del abuso rehusarán denunciarlo por miedo a ser rechazados o discriminados por sus familias o comunidades.
  • En algunas culturas, las niñas y las mujeres jóvenes pierden valor de dote si se las asocia con abusos sexuales o con relaciones sexuales antes del matrimonio. Las familias prefieren esconder los signos y evidencias del abuso sexual para evitar que se reduzca la ganancia económica cuando reciban una dote a cambio de sus hijas.
  • Un elemento disuasivo común para no denunciar el abuso es la amenaza de venganza o represalias. Los niños, en especial, temen que sus padres los castiguen. Otras víctimas temen la represalia por parte del culpable si cuentan o denuncian el abuso.
  • En la mayoría de los casos, las personas no saben cómo denunciar una presunta explotación o abuso sexual. En otros casos, la complejidad de los procedimientos de denuncias son evidentes en algunas organizaciones.
  • Los grupos vulnerables se sienten indefensos a la hora de denunciar un abuso. Las víctimas temen que las autoridades no les crean, no recibir el apoyo de la familia o que se les niegue el acceso físico para ponerse en contacto con los directores de la organización del culpable.
  • Las comunidades que padecen crisis humanitarias no tienen servicios jurídicos eficaces para denunciar los casos de abuso. Los servicios del gobierno pueden no existir o la policía puede estar desorganizada, lo que resulta en una falta crónica de fe en la respuesta que pueda recibir una denuncia de abuso sexual.
  • Para evitar que ocurra el abuso, o en su defecto que se castigue al culpable y se ayude a la víctima, tenemos que comprender las barreras culturales que existen para denunciar la explotación y el abuso sexuales.

Fuente:«Nadie en quien confiar – bajo índice de denuncias de explotación y abuso sexuales de menores por parte de los trabajadores humanitarios y de los encargados del mantenimiento de la paz» Save the Children, 2008.

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